Jul 18 2010

Singladura Costa Dorada

Tres días a bordo del Tuxe, el First 32s5 de Bárbara, un barco increíblemente marinero, que nos ha llevado costa abajo, en busca de viento. Hace ya una semana que la ola de calor nos tiene como aplastados, pero con un poco de bebida fresca lo solucionaremos…. Al llegar a Garraf, sorpresa, la nevera no funciona, parece que ha perdido toda la carga de gas! La comida aún en las bolsas… las cervecitas calientes, gotitas de sudor… frío. No pasa nada, compramos algo de hielo y to padentro. Una vecina de pantalán nos presta una nevera portátil a 12v que probaremos también. Así pues, con el asunto del papeo solucionado, emprendemos nuestra singladura.

Hemos seguido la costa Dorada desde Garraf en dirección SSW. Como salimos por la tarde y además no soplaba casi nada de viento, decidimos hacer noche en Segur de Calefell. Nos levantamos, menos temprano de lo previsto, y tras un buen desayuno partimos al mejor rumbo que nos permite el viento, que es un 190 o algo así. En menos de una hora el viento se queda en nada y decidimos poner motor y arrumbar hacia la costa en Torredembarra. Zona conocida en anteriores navegaciones. Probaremos a fondear cerca de la Punta de la Mora, que es uno de los trocitos de costa que quedan prácticamente intactos y hay que verlo antes de que sea demasiado tarde. Llegando a la zona, el viento arrecia y nos permite navegar a vela otro rato, hasta que localizamos un punto interesante cerca de la playa de Altafulla donde fondear el ancla.
Faro de Altafulla

Maniobra perfecta y a la primera, sobre fondo de arena con 6 metros de sonda y con un margen adecuado a las boyas amarillas por si borneamos. Tras un día de tanto calor el chapuzón es obligado, así que aprovechamos para comprobar el agarre del ancla. Una pareja de delfines saltan por los alrededores, ¡nunca los habíamos visto tan cerca de la costa!

Al caer la tarde cruzamos nuevamente frente al faro de Altafulla y el puerto de Torredembarra y arrumbamos al nuevo Puerto de Roda de Barà, construido a los pies del Roc de Sant Gaietà, a pocas millas de donde estábamos. Entre la información de las cartas y derroteros y el GPS, y que estamos haciendo navegación costera, nos podemos permitir el lujo de elegir dónde queremos cenar 🙂Gps, cartas y derroterosPor aclamación popular se decide que tan duro día de navegación bien merece un premio, así que dejamos al Tuxe bien amarradito al muelle de Port Barà y nos vamos paseando al Roc para elegir la recompensa adecuada.Cenita frente al mar en Roda de Barà

Al día siguiente, en Capitanía, hacemos todo el papeleo y nos despedimos. Nos han tratado muy bien y nos ayudan con las amarras para que podamos cargar combustible. Aunque el sistema es automático un marinero viene expresamente a enseñarnos como funciona. Salimos por la bocana, mayor arriba una brisa de SW nos permite hacer un largo en rumbo directo a Garraf a 5 y 6 kts.

Las olas acompañan, el viento acompaña y tenemos hielo fresco en la nevera que irá enfriando las bebidas. Calafell, Cubelles, Vilanova, Sitges, van desfilando frente a nuestros ojos, en una mañana calurosa y soñolienta. Bajo el tórrido sol, recordamos aquella máxima de un viejo lobo de mar que en sus últimos años decía, si tuviese que darte un sólo consejo,  sería éste: usa protector solar.

¿Qué he aprendido?

  • Ir como patrón, incluso con buen tiempo y en una navegación sencilla como esta, es bastante menos relajado 🙂
    Estás todo el rato pendiente de todo y no te puedes despistar ni un momento. La tendencia natural es a ser más cauto de lo que serías yendo como tripulante.
  • No en todos lo puertos tienen amarras preparadas. En muchos no, hay que llevarlas listas por si acaso. Y yo que creí que eso iba con el amarre.
  • Las cosas practicadas muchas veces como tripulante resultan ya sencillas cuando toca hacerlas. Hay que practicar más y más cosas.
  • Con pocos recursos y sin nevera también se pueden apañar comidas bastante bien.
  • Usa protector solar

Tuxe amarado en Roda de Barà

Han sido tres días, de mar, de buen rollo entre amigos, que nos dejan como imagen al Tuxe, amarrado en Port Barà, aguardando nuestra llegada para llevarnos de nuevo al mar.